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sábado, 21 de enero de 2012

Madre

Como suave pétalo de rosa,
o delicada pluma de colibrí;
así, ¡oh, madre bondadosa!
De tus manos recibo caricias
en mi frente perlada de sudor.

¿En dónde, madre mía,
tu corazón alberga tanto amor?
Repetidas veces me preguntaba
mientras de tu voz escuchaba 
dulces palabras de consuelo
en mis largas horas de dolor.

Este inculto espíritu mío,
no podrá recompensar ese amor,
pero Dios desde lo alto del cielo
de bendiciones te colmará.

9 de mayo de 1987
(cuatro años antes que mi madre
falleciera)


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