Buscar este blog

viernes, 3 de febrero de 2012

Grito del pueblo

Estentóreo grito que emerge
de la garganta de una anciana,
o de los labios de un adolescente.
¡Grito de protesta!
de hambre, de indigencia;
aparentemente inútil,
¡Indiferente!
pero, al fin, ¡Grito de protesta!
De niña o niño de escuela,
de anciana o anciano,
de muchacha o muchacho,
obrero o estudiante
en peligrosa aventura callejera.
Grito emitido en protesta clara
por el alto costo de la vida;
en reclamo de una justicia verdadera.
Grito reprimido en el pecho,
que hoy brotas desbocado
rompiendo la membrana del temor.
Grito liberado por el hambre,
que hoy sales como trueno fulminante
en caótica tormenta tempestuosa;
como turbulenta ola de mar embravecido,
al romper en el risco que la ataja;
como el quejido del árbol tumbado,
 al chocar contra el suelo
mortalmente herido.
¡Grito de protesta!
Grito del pueblo, antes dormido;
ahora acompañado por el ruido de cacerolas
ejecutadas por callosas manos
de asustadas madres indigentes;
acallado por bastones y gases;
enturbiado por vandálicos hechos.
¡Grito del pueblo!
Déjate escuchar claro y limpiamente.
Deja que el pueblo se desahogue…
Que desborde sus penas en ti;
no exijas tributo de sangre de hermanos.
¡Emerge, Grito de protesta!
Pero no degeneres en violencia.

Ernesto González Borja

Guatemala, 3 de septiembre de 1,985

Copyright © 2000-2012 Ernesto González Borja. Todos los derechos reservados.